DANIEL HARRIS
-Escritor-
RELATOS
Hagamos una cata de algunos de los relatos escritos por Daniel Harris.
Las ilusiones de un aniversario
Primer Premio Mercè Rodoreda de Castellví de Rosanes 2009
Una ráfaga de aire le susurró al oído tras haber entrado en la habitación por una rendija. Con el pelo alborotado y los ojos adormilados se levantó para ajustar la ventana y correr la cortina. Lucía un día claro y apacible pese a las fechas invernales en las que se encontraban. Agnés pensó en las posibilidades de un día así mientras colocaba una taza de leche en el microondas. Era una gran estudiante de bellas artes en la universidad de Barcelona y le encantaba el mundo de la fotografía, gracias a la herencia de toda una afición paterna. Siempre que tiene ocasión se la puede ver con su ojo tras la mirilla observando cualquier situación para inmortalizar...
Infinit
Segundo Premio Mercè Rodoreda de Castellví de Rosanes 2008
“La vida passa de pressa, però s’ha de saber com viure-la. Tot i que no només hi ha una manera. Trobar el que penses pot ser difícil i exigir aquest ideal és plantejar la dificultat d’un inconformista, cal esforçar-se per millorar. La tranquil·litat de disfrutar forma part d’una vida optimista i arrelada al que tens per, així, valorar-ho.”
Entrem dins una època temps enllà...
Miquel és el meu nom i visc com a ferrer als dominis del Castell de Sant Jaume. Ahir vaig tenir una profunda reflexió després de viure una situació peculiar:
Un aire fresc penetra dins la manta i troba els meus peus. Al llit de palla s’hi està còmode quan estàs cansat però l’hivern passa factura. Obro un ull i un raig de llum desvela que el dia comença. La guàrdia reclama el relleu al so d’una trompeta enèrgica, això em fa recordar que ahir no vaig acabar les ferradures manades pel Guillem. No em queda més remei que aixecar-me...
Mar en calma
Un velero de doce metros de eslora danza sobre el oleaje a merced del viento. Inmerso en él sientes el horizonte y consigues asimilar que la tierra es redonda, pues al girar tu mirada en alta mar solo existe una línea a través del puntero de tu compás. Tal como a pie fuesen las llanuras manchegas repletas de viñedos.
Te sientas en proa, encima del ancla, para observar la inmensidad bajo tus pies con el respeto de la mar en calma. La mente se apacigua entre la brisa marina y el pensar se torna en blanco, para así, postergar la estresante, ajetreada y condicionada agenda del día a día...
Cómplice de una noche aterradora
Silencio. Ni un ápice de movimiento. Hay una neblina espesa empeñada en amortiguar la noche. Ésta solo me deja apreciar la borrosa luciérnaga que empapa una franja irrisoria de la calle, a la cual me acerco. De repente, un estallido hace enmudecer al fanal. Me quedo sin un objetivo y, para colmo, la lluvia hace acto de presencia. Me pregunto dónde voy y no hallo respuesta. Sigo andando. La oscuridad cada vez es más intensa. Me paro y trato de tranquilizarme, pero no consigo encontrar diferencia entre abrir o cerrar los ojos y, además, la herida de la pierna me pide a gritos un descanso. La precipitación para en seco y el aire reseca las lágrimas. No puedo andar más, necesito sentarme y apretarme el torniquete. La noche avanza y no consigo recuperar ningún recuerdo...